Habla de un señor que había perdido un hijo de cinco años y que no podía dejar de llorar. Cada noche, cuando se acostaba, lloraba; y se quedaba dormido mientras lloraba; y se despertaba al poco rato y seguía llorando y llorando.
Una noche, su ángel de la guarda se le aparece; le acaricia la cabeza y le pregunta qué pasa. Entonces responde:

No puedo seguir. No puedo vivir más. Necesito verlo; aunque sea sólo una vez más, necesito verlo".
Entonces, el ángel de la guarda lo coge de la mano y lo eleva hasta el cielo. Y cuando llegan a él, van a una calle con paredes muy blancas y un adoquinado de oro, y el hombre pregunta: "¿Qué hacemos aquí?". Y el ángel de la guarda le responde: "Espera y verás". De repente, dando vueltas a la esquina empiezan a aparecer un montón de niños y niñas de entre tres y seis años, todos pequeños. Cada uno de ellos viste de blanco y tiene un par de alitas muy pequeñas y una aureola en la cabeza. Desfilan frente a ellos. Llevan una larga vela encendida en su mano. Caminan en columnas de a cinco y empiezan a pasar delante del hombre. Éste pregunta: "¿Qué es esto?".
"Éste es el desfile de todos los que han muerto siendo niños. Pasan por aquí cada día y desfilan para nosotros. Es una de nuestras alegrías", responde el ángel. Y entonces el hombre dice: "¿Y mi hijo?". "Está entre ellos. Ya lo verás", contesta. Y de repente el padre ve venir a su hijo; lo ve venir como todos, con su vestimenta blanca, sus alitas y su aureola, su vela en la mano. Sin embargo, le sorprende ver que la vela de su hijo es la única que permanece apagada, la única que no tiene luz. Él respira profundo. El nene lo ve, lo saluda, se acerca a él, lo abraza. Él llora otra vez. Y le pregunta nada más que esto: "¿Cómo estás?". El hijo le dice: "Bien, papá". Y el padre le pregunta: "¿Por qué tú no tienes luz? ¿Por qué no encienden tu vela como encienden la de los otros?". Entonces el niño le explica: "La encienden igual que la de los demás, cada día. Pero de noche, tus lágrimas apagan mi vela. Deja ya de llorar....a veces el llorar solo te hace daño a ti y a quien verdaderamente  te quiere....

De ese gran poeta y amigo Ramón Marcos  Sánchez  me llegan al Alma sus poesías en estas semanas más aun
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Hoy mi alma se derrama en la tinta del ayer,….y me duelen las palabras que ya no podré decirte,….que ya no querrás oír,…y me daña la distancia que habita en tu cercanía,…entender que estando al lado ya te marchaste hace tiempo,…que yo me marche contigo,…que malgastamos aquello que nos vivió diferentes,…que se gasto hasta romperse en un mar de indiferencia,….y ya no se si te quiero,…si algún día me quisiste ,…quiero encontrar en quien somos pedazos de lo que fuimos,….que me cuenten si ya han muerto,….si alguna vez existieron,….si fallecieron de pena o los mato la costumbre,…si nos echaron de menos antes de echarnos de mas,…si nos lloraron sinceros en las ausencias ocultas,…en las presencias mentidas,….y quiero que me proyecten al inicio del entonces,… al tiempo donde creímos amarnos,…donde creímos ser uno,…para pedirle perdón a la memoria de aquello,…para impedir que el adiós mate también el recuerdo,…

José Ramón Marcos Sánchez

Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti misma o sufriste por tonterías. Si eres un buena guerrera, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan. mi error fue amar con el corazón así quedó pobrecito mío creo que jamás se recuperará del todo pero no todo fue malo y si volviera a nacer volvería amar a esa persona igual .no me arrepiento de nada por que mientras duró fui muy feliz ...

Cada vez que veo
el mar o un atardecer
es como si te viera
a tí, aparecer.
Los poemas cortos
más lindos yo te los
dí para que supieras
lo que siento por tí.
Las flores y mariposas
son realmente hermosas
pero nada se compara

son la belleza de tu cara.
Prepárate porque al
dedicar estos versos
solo recibirás besos.  muaksss

Esta de moda aprender a soltar, dejar ir...pero se nos olvida el sostener, reparar, cuidar, amar y no salir huyendo cuando todo se complica.

Muchos dicen que si amas algo lo debes dejar ir...Solamente un cobarde dejaría ir algo que ama, y no lucha por ello. Lucha siempre con honestidad y siendo sincero a lo que te dicta tu corazón, quien pierde no es quien dice más es quien no abrio más su corazón. Si no lo consigues, por lo menos sabrás que diste la vida por algo más alto e importante que tú: El AMOR

Nunca pude entender tu manera de ser, al principio eras todo dulzura, eras poco más de aquello que siempre quise y me costaba dar crédito a lo afortunada que había sido de encontrarte, pero eso duro realmente poco, casi de inmediato te convertiste en alguien que dejo el néctar de sus labios y lo convirtió en hiel, no sabía realmente que había pasado, y al principio pensé que quizás te habría cabreado por algo, o que podría ser una situación pasajera, a final de cuentas estaba tan emocionada por tenerte que no quería tirarlo todo por la borda fácilmente.Pero los días seguían pasando y tu comportamiento cada vez era más cutre, fue en ese momento en que tome el valor para preguntarte si algo te estaba pasando, si te había ofendido de alguna manera o si tenías algún problema, estaba deseosa de ayudarte, de comprenderte, de perdonarte, pero tu solamente te alejaste sin decirme nada. Me quede consternada, preocupada, sin saber que hacer, yo aún creía que tú eras la persona que había conocido, pero no sabía que hacer para ayudarte a ser como antes.al final desapareciste sin explicaciones  te pedí hablar y te negaste solo deseo que nunca te hagan eso si un día te enamoras  al final no se puede ser buena persona por que se ríen de ti...

Rodando a goterones solos,
a gotas como dientes,
a espesos goterones de mermelada y sangre,
rodando a goterones,
cae el agua,
como una espada en gotas,
como un desgarrador río de vidrio,
cae mordiendo,
golpeando el eje de la simetría, pegando en las costuras del
alma,
rompiendo cosas abandonadas, empapando lo oscuro.

Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto,
un líquido, un sudor, un aceite sin nombre,
un movimiento agudo,
haciéndose, espesándose,
cae el agua,
a goterones lentos,
hacia su mar, hacia su seco océano,
hacia su ola sin agua.

Veo el verano extenso, y un estertor saliendo de un granero,
bodegas, cigarras,
poblaciones, estímulos,
habitaciones, niñas
durmiendo con las manos en el corazón,
soñando con bandidos, con incendios,
veo barcos,
veo árboles de médula
erizados como gatos rabiosos,
veo sangre, puñales y medias de mujer,
y pelos de hombre,
veo camas, veo corredores donde grita una virgen,
veo frazadas y órganos y hoteles.

Veo los sueños sigilosos,
admito los postreros días,
y también los orígenes, y también los recuerdos,
como un párpado atrozmente levantado a la fuerza
estoy mirando.

Y entonces hay este sonido:
un ruido rojo de huesos,
un pegarse de carne,
y piernas amarillas como espigas juntándose.
Yo escucho entre el disparo de los besos,
escucho, sacudido entre respiraciones y sollozos.

Estoy mirando, oyendo,
con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma
en la tierra,
y con las dos mitades del alma miro al mundo.

y aunque cierre los ojos y me cubra el corazón enteramente,
veo caer un agua sorda,
a goterones sordos.
Es como un huracán de gelatina,
como una catarata de espermas y medusas.
Veo correr un arco iris turbio.
Veo pasar sus aguas a través de los hueso....

(Pablo neruda)