sábado, 1 de junio de 2013
lA yegua de los carros de Faraón
Te he comparado, amiga mía.
Hermosas son tus mejillas entre los pendientes,
Tu cuello entre los collares.
Zarcillos de oro te haremos,
Tachonados de plata.
Mientras el rey estaba en su reclinatorio,
Mi nardo dio su olor.
Mi amado es para mí un manojito de mirra,
Que reposa entre mis pechos.
Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi
Es para mí mi amado.
He aquí que tú eres hermosa, amiga mía;
He aquí eres bella; tus ojos son como palomas.
He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce;
Nuestro lecho es de flores.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario