Decía Ernst Hemmingway: Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar”. ¡Cuánto nos cuesta permanecer en silencio!
Dar un espacio al silencio en nuestra vida no solo nos ayuda a nosotros mismos, sino que también produce un impacto positivo en quienes nos rodean. La verdad que algunos silencios preocupan a quien no quiere silencios..
No hay comentarios:
Publicar un comentario