miércoles, 16 de enero de 2013


Por la noche,
cuando llegas
con la luna entre tus ojos,
soy tu amante,
una estrella que se quema,
soy mordisco,
piel en plena entrega,
me convierto para ti
en clamor que te navega.
Soy, en la estancia,
el abrazo que te encuentra,
eterno beso que te llena,
soy la mano que te toca
ardiente y plena.
Mi voz, queda y tierna,
se convierte en suspiro que te invoca,
cuando acallas cualquier ansia
con la llama de tu boca.
Abrazado de tu cuerpo desvarío
  y la noche me arrastra a su vacío,
dejándome en el pecho
tu gemido,
que ahogo, dulcemente,
con el beso mío.


No hay comentarios:

Publicar un comentario